domingo, 29 de enero de 2012

Capítulo V - Sueños.


             
    "Tiembla, la vida, como con miedo hay veces que tiembla y nada tiene que ver con el aire que mueve tu ropa en noches de luna escueta, que aprieta suelta y evoca y me enloquece, tiembla por los latidos que tu provocas y también porque el querer es temblar a veces".
                                                          Alguien… (que no tiene face)

    Hablaron durante horas, día lluvioso de feriado, se prestaba para no hacer nada, solo estar en la computadora, a penas limpió la casa, se preparó unos mates pero no tenía hambre, se fue con el mate frente a la compu, él estaba conectado.
    No daba cámara, decía que su cámara no funcionaba. Apenas dejaba sentir su voz, armónica, preciosa; ella se imaginaba cosas con esa voz, ¡Fantasías tontas! Jajaja poco más se imaginaba a George Clooney y ser conciente de eso la hacía reír.
     En la tarde estaba en ojotas, por Dios pensó- debería arreglarme las uñas de los pies- buscó el alicate, las limas y todos los elementos, los colocó estrategicamente frente a la computadora, no le diría jamás a él lo que estaba haciendo, se juró,  aprovecharia la ausencia de cámaras.
     De pronto él le dice algo que la desconcierta -Soy separado. Un frio pasa por su columna y le pregunta – ¿La amaste? El silencio se vuelve asfixia, es mucho menos doloroso que saberlo lejos, en algún momento se acomodará y ambos  podrán acercarse, o uno de los dos puede quedarse mudo -Tal vez simplemente nos vemos y salimos corriendo,  pensó casi con bronca mientras se cortaba una uña demasiado cerca de la carne.
     Luego de cerrar la conversación con un -Te voy a extrañar, se fue a preparar la ducha, no daba quedarse con la sensación de mugre al manipular los pies, limpió todos los enceres y preparó un relajante baño, se sentía feliz, ya tenía su teléfono. De pronto suena el parlante, vibra, el sonido de un mensaje. Mira la pantalla y lee.
     -Como que ya te quiero.
     Hundió su cabeza en el agua tibia con una sonrisa que jamás hubiera imaginado volver a tener, ¿Por qué se sentía tan enamorada? No importaba. Era feliz.
      Terminó de salir del baño, él no estaría esta noche, no veía motivos para conectarse, se puso la ropa de cama y se dirigió a la cocina, esta noche el plan era ver una película y comer en la cama, hacía tanto que no se sentía así, hasta su madre cuando la llamaba se ponía contenta, la notaba exultante, nada parecido a la derrotada de hace solo un par de meses que lloraba por los rincones.
       Volvía a poder ver películas de amor, no era poco a estas alturas.
       Nuevamente podía sonreír y soñar, esa noche recibió sms, un simple  “Dulces  sueños” el corazón le latió fuerte, de pronto se puso a llorar de felicidad, esa noche se durmió abrazando la almohada.

                                                                        Laura L.G.


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